Pues resulta que esta semana mi Diana me regaló una copia del número 96 de la revista Algarabía que está dedicado a la comida. Obviamente mi fascinación fue notoria incluso estando a media oficina. Eso fue el lunes o martes y para hoy, jueves ya me la lei todita de pe a pa.
Resulta sumamente placentero, no se que dirán los demás, cuando uno lee cosas serias y buenas de l que realmente le gusta. En mi caso la cocina, claro. Y cuando me eché el clavado en esta revista me absorbió por completo porque presenta unos artículos bien buenos, y lo mejor: bien escritos, sobre la cocina, la comida, la bebida, y además con temas y puntos de vista bastante diversos, lo que se agradece porque aveces no salen de un brevísimo párrafo muy por encimita o de una receta sencilla sin contarnos nada.
Pues así, me encontré con textos hablando de la historia bien contada de la Fast-food a nivel mundial y en México; con un mapita de las 11, si once, denominaciones de origen de este país; una reseñita sobre la muy de moda cocina molecular; la historia de los Cocktails y demás cosillas bien chidas. Artículos con los que aveces concuerdo, otras no tanto pero que de todos modos es rico leer. Muy recomendable si todavía la encuentran a la venta.
Andando estas páginas, por cierto, me encontré con una idea que por cierto no soy muy felíz, aunque creo que es muy cierta. Dice:
"La nueva cocina es constructivista. El cocinero contemporáneo ya no recrea recetas una y otra vez, sino que se dedica a construirlas; ésta es la revolución gastronómica: la cocina de hoy es una construcción intelectual basada en el análisis."
¿Qué opinan?, ¿si o no?
Pues yo pienso que puede ser muy cierto, puede ser lo más "novedoso" pero para mi no es lo más importante ni lo que debería tomar mayor peso en el mundo de la cocina. Que bueno que haya gente con esa tendencia, todas son válidas en realidad, pero y si esto fuera así que sucedería con la comida tradicional? Que pasa con el lado sentimental, pasional de la comida? donde queda ese empirismo que nace en las entrañas y que para mí, es el centro del cual parte todo lo demás. Yo aún o se mucho sobre el medio, sobre cocina de autor, sus tendencias y modas, o sobre toda la industria, pero si se que es lo que me gusta de la cocina y porque. Y es esa parte que creo yo, es la que atrapa a cualquier persona, desde el más experimentado comensal hasta el más neófito, desde el más rico hasta el más pobre, pasando por la comida casera, la comida gourmet y la cocina molecular y es lo que significa la comida en el alma. Lo que hace sentir en el espíritu más allá de la barriga. Para mí el "buen comer" puede ser cualquier momento, cualquier ingrediente, cualquier precio la diferencia es donde, cuando, con quién, porque. Y el mejor ejemplo es mi película favorita: Ratatouille. Puede ser un platillo bien preparado, con una buena presentación y demás, pero no dejará jamás de ser verduras cocidas. Cuando un cocinero, un chef, un parrillero o incluso un taquero logra ese efecto en un comensal, para mí se vuelve un profesional de la cocina. Y la verdad es que muchas veces eso no se puede lograr más que perfeccionando las recetas elaborándolas una y otra vez hasta que sean perfectas. Es por eso que cuando veo libros y libros de cocina nuevos, programas de TV, recetas nuevas y recetas nuevas me pregunto: y donde quedaron toooodas las recetas viejas?
Cuantas veces decimos: "te acuerdas de ese dulce o ese postre que comiámos de niños? cómo nos gustaba!" o cosas como "orale, esto sabe a las comidas de mi abuelita".
No dejemos que esto suceda como con todo lo demás en este mundo globalizado. No cocinemos recetas desechables, hagamos de nuestros platillos nuestro sello para que un día nos pase como a Amelie y digan: pruébalo, es el famoso pastel de zanahoria de David, te vá a gustar. :)
