En la primera y segunda parte de esta mini guía ya platiqué sobre como llegar, dónde hospedarse y qué hacer en esta paradisíaca isla mexicana sin gastarse todo el aguinaldo. Desde como recorrer la isla, cómo ubicarse y dónde encontrar las mejores y más fantásticas playas, alejadas de todo. Pero me faltaba escribir sobre algo indispensable si visitas este lugar: la comida.
Desayuno fresco
La comida
La experiencia me ha enseñado que no importa a dónde viaje, ni que tan fresa o rascuacho sea un lugar, si uno busca bien siempre encontrará lugares fabulosos en dónde comer delicioso y por poco dinero -y sin riesgo de contraer salmonella, para el caso-. Finalmente siempre hay gente que trabaja ahí y que necesita comer, ¿no? Pues en Holbox me dí a la tarea de buscar estos lugares y créanme que encontré unos increíbles.
Primero que nada, creo que ni hay que decirlo, en la isla van a encontrar una amplia variedad de buena comida. Por obvias razones la mayoría tienen como especialidad productos del mar, aunque también se pueden encontrar de comida italiana, mexicana y demás. Pa' que se den una idea, digamos que en un bonito lugar italiano pueden encontrar por unos $210 pesos una pasta con mariscos o un pescado al mojo de ajo, o un guacamole con totopos alrededor de los $60 baros en cualquier lugar. Eso sí, la indispensable chela la encontramos más o menos entre $35 y $45 pesitos en todos lados, precio estándar para el bar chilango promedio. Sin embargo, y sobre todo si se cuenta con un presupuesto ajustado, desayunar, comer y cenar todos los días en estos lugares puede acabar con las arcas en pocos días. Así que les doy una recomendación que tomé de una buena amiga, busquen un hotel que cuente con cocina, ya sea común o privada, así pueden llevar comida por su cuenta, hacerse de desayunar y cenar en su habitación y solamente comer fuera. Así lo hicimos nosotros y ahorramos muchísimo.
Ahora sí, los lugares ocultos (o no tanto) para comer delicioso por poco dinero en la isla.
Empecemos por el desayuno. Imagínense despertar a las 9 de la mañana, con las sábanas pegadas al cuerpo y un tremendo dolor de cabeza que les recuerda cada segundo la pachanga de anoche. Lo primero que pensarán es que quieren unos chilaquiles de Sanborns para hacer tierra. Pues resulta que en Holbox pueden encontrar unos todavía mejores en el changarro de "El Chino", a media cuadra del centro, en ese lugar que los locales llaman "el mercado", aunque yo le llamaría más bien "unos-cuantos-puestos-coloridos-de-fritangas-en-un-patio", pero bueno. El lugar del Chino, es un pequeñísimo rincón al aire libre con una sola mesa, un letrero hecho a mano -eso sí, con perfecta caligrafía- en dónde indica el menú. El hombre es un auténtico chino de unos 60 años, medio chimuelo, que por $40 pesitos prepara los mejores chilaquiles que he comido en los últimos años, con huevo estrellado y toda la cosa. Pocas veces he visto a alguien poner tanto empeño y concentración a la cocina, y el resultado es perfecto. Eso sí, no pidan café porque los mandará con el puesto de al lado. Además hay que tener suerte porque, dicen los vecinos del mercado, el Chino abre solamente si tiene ganas, y si hay lluvia, olvídenlo.
Otro buen lugar más bien para echarse un tentempié de medio día, quizá después de haber pedaleado un rato, es el recién abierto El Changarrito. Este es un lugar que, como su nombre indica, es uno de esos changarritos tipo torteria chilanga, pequeño y con unas mesas que me da la impresión que pide prestadas al restaurante de enfrente. Lo pueden encontrar al final de la calle principal, casi sobre la playa, frente al muelle. No hay pierde. Podrán elegir entre deliciosas empanadas recién hechas, de camarón, pescado o raya, sí, raya, por módicos $15 pesitos. Además tiene pescado frito, pescado asado, pescado empanizado, en fín, pescado. Aveces tiene otras cosas como cochina pibil y demás delicias. Todo excelente y a buen precio atendido por un tipo súper amable. El único problema es que no vende chelas, pero no hay problema en llevar las propias. Nada más no olviden que cierra los martes.
No hay que dejar que la pesca del día escape
Ya para la tarde, después de todo un día de puras botanas en la arena, no les va a caer nada mal algo más sustancioso. Qué tal una de las famosas pizzas de langosta de la Pizzería Edelyn, justo enfrentito de la plaza central. Sencillo: buena masa crujiente y delgada, grandes trozos de cola de langosta y mucho, muchísimo queso. Increíble, $350 baros pero no la van a olvidar. También pueden darse una vuelta por el Viva Zapata Bar, que después de las 5:30 de la tarde, abre su parrilla y ofrece su especialidad: mariscos a las brasas. Aquí si hay chelas y todo tipo de bebidas. Ok, sí, estos dos no se apegan a la idea de bajo presupuesto, pero créanme que vale la pena, sobre todo la pizza.
Tratando de atrapar la cena
Para más en la noche, una vez bañados y refrescaditos -y untados de una doble capa de repelente de mosquitos- quizá tengan ganas de echarse algo pa' cenar. Hay un lugar junto a las Villas El Encanto, a escasos 20 metros de la plaza central, que es algo así como el patio de la casa del señor que atiende y que abre solo después de las 6 de la tarde. No se dejen llevar por la gran planta que está afuera del lugar que parece una enorme mata de mota, y más bien pidanse unos salbutes y panuchos de pollo, bien servidos y deliciosos por $15 pesitos, como para comerse unos 5 o 6.
Si son de los que no pueden vivir sin un buen café, temo decirles que hay unos pocos lugares en dónde lo van a poder encontrar. El mejor y más agradable es el que también está junto a las Villas El Encanto. Un minúsculo lugar, con apenas espacio para la maquina, pero que ofrece excelente café. ¿Lo malo? Se supone que abre de las 8 de la mañana a las 2 de la tarde, y luego de las 4 a las 8 de la noche. En realidad, y si tienen suerte, lo encontrarán abierto por ahí de las 10 de la mañana y quien sabe a que horas de la tarde; eso sí, en la noche seguro.
Ya para terminar el día y disfrutar del fresco de la noche, no hay nada más exsquisito que ir por una perfecta marquesita. Hay dos carritos, ambos en la plaza central, que aparecen sin hora establecida después de que se va el sol. El mero bueno es el que está frente al Palacio Municipal, y aunque un poco caras ($30 las clásicas de puro queso holandés), son el manjar yucateco más grande para este viajero.
Aquí las mejores recomendaciones para comer bueno y barato en Holbox. Seguro hay más lugares pero estos son los que me encontré en 8 días de reconocimiento del terrereno, aunque sin duda voy a tener que regresar a ampliar la búsqueda. Ahora ya saben que no hay pretextos para viajar y conocer esta increíble isla paradisíaca. Siempre hay una forma de viajar con poco dinero. Y bueno, si todavía quieren ahorrar más, pueden hacer lo que mucha gente: conseguir una caña de pescar y tratar de atrapar la cena ustedes mismos.
Espero que esta mini guía les sea de utilidad. Si tienen preguntas o quieren añadir algo, no duden en preguntar en mi facebook, en twitter @davit00 o comentar en este blog. ¡Esperen más mini guías de El Glouton pronto!