20 agosto, 2014

Nada es para siempre

Siddartha Gautama alguna vez dijo que nada es permanente. Todo está en constante cambio, y así el Glouton también cambia. Así es, señoras y señores, damas y caballeros, niños y niñas. Es esa necesidad de compartir experiencias que me recuerdan que estar vivo es increíble, esa necesidad que me persigue todo el tiempo, lo que me lleva a hacer este cambio. Siempre me ha gustado ver el mundo, conocer otras personas, probar otros sabores, experimentar otros olores. Buscarme a mí mismo una vez más para perderme de nuevo.

De vez en cuando me veo obligado a decidir que es lo que más me gusta hacer y no sé que responder. Quizá porque me gustan demasiadas cosas como para tener que dejar de lado algunas para decidir sobre una sola. Pero si tuviera que elegir las, digamos, cinco cosas que más me llenan diría que se trata de viajar, cocinar (¡junto con comer lo que se cocina!), leer, estar al aire libre en la naturaleza, y crear y construir cosas, de cualquier tipo, funcionales o no. Y así es como he estado meditando sobre este espacio que en un rato de "creatividad" comencé a llamar El Glouton. Una especie de alter ego mío que, como ese buen invento J.K.Rowilingiano que muchos quisiéramos tener llamado Pensieve, sirviera como desahogo de ideas que cruzan por mi mente y aprovechara para que otros lo leyeran e, idealmente, comentaran o aportaran al respecto. Al principio decidí orientarlo a temas de cocina dado que se trata de una me mis mayores aficiones. Sin embargo muchas veces me topé con ideas que no encajaban aquí y que desafortunadamente tuvieron que ser desechadas o guardadas en un cajón. Así es como he llegado a la conclusión de que este espacio no tiene porque ser limitado o al menos no lo quiero así. ¡Es como tratar de limitar mi propia mente!

Viajar abre la mente, dicen, pero también cura heridas, abre los ojos, expande el horizonte y libera el estrés. Viajar es felicidad. Por eso me voy de viaje, largo, tendido, sin prisa. Dejar mi casa, mis cosas, mis amigos, mi barrio, mi familia puede dar miedo, pero una vez que se da el primer paso, uno ya no quiere volver, jamás. Viajar te cambia. Así que este espacio que originalmente estaba destinado a una de mis pasiones, la comida, tiene que cambiar también. Y el cambio es bueno, hay que expandir los horizontes, así que de ahora en adelante escribiré sobre todo aquello que vale la pena en la vida. Viajar, comer, amar. Vivir. No se el nombre que tendrá ahora el blog, algo más adecuado tendrá que ser. Pero no se preocupen, el Glouton siempre será el Glouton. 

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