20 diciembre, 2012

La cocina decembrina

¿Porque será que la comida navideña siempre sabe tan bien? ¿Qué la hace tan deseable? ¿Será tan solo que es muy buena o hay algo detrás de tanta delicia? ¿Tendrá que ver con todo el espíritu navideño o será independiente? A mi, la verdad, nunca me ha gustado mucho el rollo religioso de ésta época. Es más, ni siquiera creo en ello. Eso de arrullar al niño, pedir posada, y demás cosas no son mucho lo mío. 
Pero debo confesar que lo que sí me atrapa es el espíritu navideño al puritito estilo coca-cola. Si, es como de plástico, pero me gusta, aunque no hay que confundir la magnesia con la gimnasia y pensar que lo único que hay que hacer es consumir y comprar como locos. Yo creo que hay una cosa detrás de todo tipo de celebraciones decembrinas que son algo así como universales y que solamente se ha llegado a una especie de "convención" de juntarlas en esta temporada. Y es esto que todos sentimos cuando van llegando, poco a poco, los familiares que viven lejos, amigos que hace mucho no veíamos, reuniones, cenas, comidas, fiestas. Todo eso es una maravilla. Pero al final he llegado a la conclusión de que el pretexto de todo esto siempre es la comida. Y no es cualquier comida, si no la fantástica comida navideña. 
Entonces ¿que es lo que tienen esos platillos? ¿será, acaso, que se trata de aquello que está en boga en los carísimos restaurantes actualmente? ¿eso que suelen llamar el maridaje emocional? Pues yo creo que sí. Porque ¿que tendrían unos romeritos, relativamente sencillos de cocinar, contra un chile en nogada o un mole oaxaqueño? la respuesta es la compañía. La alegría que viene de descansar del trabajo, salir de viaje tal vez, no se. Es rico. 
Para mi la cocina decembrina (aunque realmente es a partir del 15 de septiembre) es ola mejor de todo el año. Aunque hay una sola cosa mejor que la comida navideña: el recalentado. 



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